Política
La tensión dentro del Partido Acción Nacional (PAN) ha aumentado tras la formación de un bloque opositor liderado por panistas como Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco Méndez y Edmundo Tlatehui Percino, quienes aspiran a la presidencia estatal del partido. Este grupo se manifiesta en contra de la intención de Augusta Díaz de Rivera y Eduardo Rivera Pérez de consolidar su control sobre el Comité Directivo Estatal (CDE).
En una reciente conferencia de prensa, los tres panistas exigieron un "piso parejo" a la actual dirigencia estatal mientras se prepara la renovación de la presidencia del CDE. Criticaron a la presidenta del partido, Augusta Díaz de Rivera, por no haber iniciado el proceso de cambio de dirigencia, a pesar de que los estatutos estipulan que este debe comenzar en el segundo semestre del año.
Además, acusaron a Díaz de Rivera de no convocar a un registro de candidaturas y de enfocarse en promover a Eduardo Rivera Pérez en su recorrido por el estado, bajo el pretexto de una gira de agradecimiento. "Es llamativo que no vimos tanta actividad durante la campaña; si hubiera un interés genuino, las invitaciones serían abiertas a todos," afirmó Rodríguez Della Vecchia.
Por su parte, Edmundo Tlatehui destacó que Acción Nacional se encuentra en un estado de decadencia, atribuido a las decisiones de la actual dirigencia. Señaló que el distanciamiento de la dirigencia con la militancia ha resultado en una falta de apoyo y respeto hacia los miembros del partido, lo que, según él, podría llevar a la extinción del panismo en la entidad tras los recientes fracasos electorales.
Tlatehui hizo un llamado a la consulta y reconciliación con las bases, afirmando que la verdadera reestructuración del partido no puede surgir de las cúpulas. Sobre la posible inclusión de un ex candidato a gobernador en la planilla de Jorge Romero, que busca suceder a Marko Cortés, advirtió que esto no debe considerarse un "cheque en blanco" para otorgar la dirigencia del partido en Puebla.
Finalmente, instó a otros panistas a unirse a su convocatoria para evitar una imposición desde la dirigencia de Díaz de Rivera, subrayando la necesidad de abrir la votación a la militancia en consonancia con la decisión nacional del partido.