La creciente movilización militar en el Caribe y acusaciones mutuas de agresión han elevado la alarma internacional, mientras la diplomacia busca evitar un choque directo entre Washington y Caracas.
Un nuevo episodio en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela ha encendido la alerta global: la movilización de buques de guerra, ataques marítimos y una retórica de guerra declarada cautivan la atención de la comunidad internacional. Analistas advierten que de no bajar la tensión pronto, ambos países podrían enfrentar un conflicto de mayor envergadura.
En los últimos meses, Washington ha incrementado su presencia naval en el sur del Caribe con el argumento de combatir el narcotráfico, lo que Caracas ha interpretado como una amenaza directa a su soberanía. A su vez, el gobierno venezolano ha acusado a EE.UU. de maniobras militares y de violaciones al derecho internacional, lo que complica los esfuerzos diplomáticos para calmar la situación.
Organismos internacionales han expresado preocupación porque la escalada no solo afecta a los dos países involucrados, sino que genera inestabilidad en la región latinocaribeña. El riesgo de enfrentamientos abiertos se incrementa si continúan los choques navales, las sanciones abruptas o los lanzamientos de misiles, lo que pondría en juego la paz marítima y aérea del Caribe.
De persistir este escenario, el hemisferio occidental se enfrentaría a una nueva crisis geopolítica comparable a otras de la Guerra Fría, lo que demanda un papel activo de mediadores internacionales y de organismos multilaterales para evitar una confrontación con implicaciones globales.
Fuente: INFOBAE
